martes, 11 de septiembre de 2007

Ese pañuelo redondo

Madrid, un sabádo de septiembre tiene mucho que ofrecer. A mi me ofreció una quedada londinense y no la dejé pasar.

La primera parada la hicimos L y yo en un bar de mala muerte donde la camarera amorfa se enfadaba si pedías y que como cosa mas glamurosa tenía en la calle opuesta una sala de conciertos donde tocaban unos allegados de Ángel. Allí algo más de un año después me encontré con él, y aunque algo cambiados estabámos los dos creo que todavia quedaba la esencia londinense dentro. Era de agradecer que Ángel se hubiera dejado la segunda temporada de '24' a mitad para quedar esa noche.

Tras unas cañas todo fue tomando color y con los 'rones' del concierto nos fuimos para la zona de Sol donde nos esperaba el gran Martin, que efectivamente, estaba también en Madrid. Y allí estabámos con el cartel del Tio Pepe sobre nuestras cabezas escuchando como Martin estaba recien llegado del 'Hostal del Amor' cuando la rueda giró en sentido contrario y apareció de la nada el Torito.

Sí, Javier como gusta llamarlo Ángel también estaba en Madrid, pero él para siempre. Y tras acariciarle la espalda sudadita 'pues era una noche que hacía calor' y hablar de lo grande que es el RISK el siguió su camino y nosotros el nuestro.

Y después de la penultima copa en una callejuela Ángel y Martin nos llevaron a un garito lleno de meretrices por sus alrededores y en el que yo, tras dos copas más ya creía que estaba en Londres. Allí bebimos, hicimos como que bailabamos, sufrimos el rechazo telefónico de Leonor, el desconcierto de Jacob-o y sudamos sin llegar a quitarnos la camisa porque eso no era el Heaven.



La noche acabó practicamente de día, con comida de una señora china encorvada que tenía el puesto en una caja de cartón para platanos y durmiendo después en una cama en el barrio de Chueca.


1 comentario:

deividlynx dijo...

Estas fotos son de las que te hacen plantearte el no volver a probar ni gota de alcohol