jueves, 16 de agosto de 2007

Yo tambien volvi (dos veces)

La vuelta a casa es como el regreso de Ulises a Ítaca:

Esperas que tu familia te reciba con los brazos abiertos, que el populacho te entre a hombros en la urbe para sentarte en el Trono, y que por fin, despues de tantos esfuerzos y reveses, puedas disfrutar de un merecido descanso

La realidad es, por supuesto, que llegando a tu pueblo nadie te hace ni puto caso. Tus colegas ni se acuerdan de ti, excepto un pringado que cria cerdos y huele mal . Tu casa esta llena de aspirantes a hacerte cornudo y de paso quedarse con tu patrimonio, que, lejos de sonrojarse con tu llegada te putean y humillan. Ademas tu familia ni se inmuta, pues no te reconocen. El unico que te hace caso es el perro, ¡pero palma!

En lugar de descansar tienes que hacer demostraciones absurdas con arco y flecha, cargarte a todos los pretendientes de tu mujer e incluso matar a tus lacayos (con lo jodido que esta conseguir buenos sirvientes). Al mayor cabron de todos lo haces picadillo y se lo das a comer a los perros

Despues de todo esto ¡La puta de tu mujer aun no te reconoce! y si finalmente accede a que compartais de nuevo el lecho conyugal no es por tus habilidades amatorias, sino por tus conocimientos de bricolagge, que te permiten amueblar la casa sin recurrir a IKEA

Parece que el universo es jodidamente injusto y absurdo, y ademas lleva asi miles de años desde Homero hasta aqui. Por otra parte la mayoría de nosotros no tenemos una mala Itaca a la que volver. Tenemos que confirmarnos con una anodina peninsula llena de especuladores inmobiliarios y catetos tuneros, donde ademas, el (provisional) respeto a los derechos humanos nos impide castigar como se merecen a los que se lo merecen

Nos queda suicidarnos, como recomendaba Plotino (aunque su precursor, Platon, lo desaconsejaba). O podemos refugiarnos en un barril para alejarnos del mundanal ruido y la cotidiana idiotez, al estilo de Diogenes.

En cualquier caso, a mi al menos, me reconforta saber que no soy el unico idiota que tenia la esperanza de que sus problemas se acabasen en algun momento o lugar

Y para terminar os recuerdo que, como dijo Sofocles :

"Los mayores lamentos son los que nos causamos a nosotros mismos"

martes, 7 de agosto de 2007

Hola Blog





pobre blog, nadie le habla...