Los blogs mueren, mueren como las relaciones de pareja, las ganas de ir al trabajo o el cuidado con el que uno trata su ordenador nuevo. No tengo la intención de analizarlo más profundamente, creo que ya se entiende.
Por otro lado, la inminente defunción de este nuestro blog me produce cierto pesar. Creo que es de recibo decir que la forma y el contenido de los post de Martín y Leonor están tristemente devaluados. Antes que un señor soy un caballero, así que les presento desde aquí mis respetos.
Puestos a escribir (un día es un día), me gustaría mostrar mi desconcierto mezclado con cierta ilusión, al ver que ese recuerdo cada día más lejano de esa etapa vital en Londres, vuelve a vuestra cabeza de forma tan recurrente...
Llevo unos tres (?) años separado de vuestra compañía.
Mi vida, como la vuestra supongo (aunque nos separen edades, entornos...) a ido tomando un cariz siniestro de vida adulta, con sus laxetines, trabajo, responsabilidades, busca de compañía estable y demás parafernalia superficial que cambia Converse por zapatos de adulto “línea moderna”. Desde luego carece de total profundidad, pero uno se logra convencer de que eso es lo que toca y cambia sus sueños de InterRail por los de una hipotética jornada intensiva y una vida parecida a un catalogo de Ikea. Hipoteca mediante, claro.
Por suerte o por desgracia cada día vivimos más años y eso nos convierte en una generación que a los cincuenta y los sesenta va a sufrir la ya olvidada crisis de los treinta y los cuarenta. Vamos a divorciarnos e intentaremos hacer todo aquello que no hicimos en pos de una vida cómoda, practica y real. Así que aunque alguno de nosotros no llegará si no se propone dejar los abusos, os insto a quedar en esa famosa Bowden Court, para afrontar juntos de nuevo nuestra caprichosa vida...
Faltan algunos años, pero prometo aún siguiendo sin escribir, recordaos tanto como ahora...
Desde mi nuevo piso, tecleando un ordenador mac que no logro comprender os mando un saludo y tal...
Por otro lado, la inminente defunción de este nuestro blog me produce cierto pesar. Creo que es de recibo decir que la forma y el contenido de los post de Martín y Leonor están tristemente devaluados. Antes que un señor soy un caballero, así que les presento desde aquí mis respetos.
Puestos a escribir (un día es un día), me gustaría mostrar mi desconcierto mezclado con cierta ilusión, al ver que ese recuerdo cada día más lejano de esa etapa vital en Londres, vuelve a vuestra cabeza de forma tan recurrente...
Llevo unos tres (?) años separado de vuestra compañía.
Mi vida, como la vuestra supongo (aunque nos separen edades, entornos...) a ido tomando un cariz siniestro de vida adulta, con sus laxetines, trabajo, responsabilidades, busca de compañía estable y demás parafernalia superficial que cambia Converse por zapatos de adulto “línea moderna”. Desde luego carece de total profundidad, pero uno se logra convencer de que eso es lo que toca y cambia sus sueños de InterRail por los de una hipotética jornada intensiva y una vida parecida a un catalogo de Ikea. Hipoteca mediante, claro.
Por suerte o por desgracia cada día vivimos más años y eso nos convierte en una generación que a los cincuenta y los sesenta va a sufrir la ya olvidada crisis de los treinta y los cuarenta. Vamos a divorciarnos e intentaremos hacer todo aquello que no hicimos en pos de una vida cómoda, practica y real. Así que aunque alguno de nosotros no llegará si no se propone dejar los abusos, os insto a quedar en esa famosa Bowden Court, para afrontar juntos de nuevo nuestra caprichosa vida...
Faltan algunos años, pero prometo aún siguiendo sin escribir, recordaos tanto como ahora...
Desde mi nuevo piso, tecleando un ordenador mac que no logro comprender os mando un saludo y tal...
1 comentario:
Si lo q querías es deprimirme lo has medio conseguido. Como dice alguien muy especial, yo siempre tendré el síndrome Peter Pan...
1bso enorme.
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